Caborana

Caborana para después del carbón

Marcos Palicio

El escritor Adolfo Camilo Díaz reclama reflexión y «lucha emprendedora» contra la «rabia» de haber asistido al declive de su pueblo, al «marasmo y la anomia» de la reconversión

Nostalgia minera

Fermín Rodríguez / Rafael Menéndez

Históricamente apegada al carbón y en franco declive demográfico, Caborana debe asumir el desafío de su integración metropolitana, adaptándose a las nuevas exigencias de la población

De Aller a hoy

Marcos Palicio

Caborana, crecida y menguada al ritmo de la minería, desafía el ocaso del carbón con cierta sensación de abandono en la tarea de actualizarse para contener el declive y orientarse en el nuevo mercado residencial

Situación en el mapa

 

La cuesta abajo

Latitud: 43.17584256303192
Longitud: -5.751214027404785

En lo más bajo del valle del Aller, Caborana abre la puerta del concejo por el Norte y prolonga una línea recta urbana que nació del esplendor minero, arranca en Santa Cruz de Mieres, río abajo, y sin apenas hilvanes perceptibles al cruzar el límite municipal enlaza, ya en Aller, Caborana con Moreda por Sotiello y Moreda con Oyanco. El pueblo, trazado en la vega estrecha del río Aller, la desborda buscando espacio, escalonando el caserío en ascenso hacia una loma soleada, bien a la vista las huellas de la ordenación territorial característica de las poblaciones mineras, con sus «colominas» y sus «cuarteles», sus dos castilletes sobresaliendo del trazado urbano y también la hondura de su declive demográfico reciente, de 1.735 a 1.281 habitantes a lo largo de este siglo en el núcleo urbano, de 1.900 a 1.380 en la parroquia que completa una decena de pequeñas poblaciones agrarias.