José Armas Montes (Oviedo, 1985) descubrió su vocación de ilusionista el día de su primera comunión, cuando quedó deslumbrado con los trucos de aquel mago que sus padres habían contratado para animar el convite. Después, un programa televisivo del mentalista ovetense Anthony Blake volvió a reafirmarle en su deseo de convertirse en mago. Aun así, Armas estudió Informática en la Universidad de Oviedo y, aunque terminó la carrera, pronto descubrió que lo suyo no iba a ser pasarse la vida “metiendo códigos delante de un ordenador”. En torno a 2006 empezó a hacer sus primeras actuaciones en público, más allá del círculo de amigos. Ahora, convertido en el único mago profesional de Asturias, regenta su propia empresa de producciones artísticas, en la que tiene ocho empleados.
Por Eduardo Lagar