Soledad Córdoba (Avilés, 1977) no es, en puridad, una fotógrafa. Es una artista que utiliza “la fotografía como medio para representar nuevas realidades y como herramienta para arrojar interrogantes sobre la existencia del ser humano”. Profesora universitaria en Teruel, es una de las grandes creadoras asturianas. Sus fotografías, buena parte de ellas autorretratos, no reflejan la realidad: la trascienden y llegan al dintel de lo imaginario. Doctora en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, ahora prepara tres exposiciones a partir de su último trabajo, becado por el BBVA, que podremos ver en marzo en Segovia (en el centro de creación de la antigua cárcel), en la galería Blanca Berlín de Madrid, en mayo, y en la galería Gema Llamazares, en Gijón, en junio.
Por Eduardo Lagar