La gijonesa Mónika Osmo ganó en 2017 el premio AMAS a la mejor disc-jockey de la música asturiana. Este galardón reconocía una trayectoria de más de dos décadas al frente de la mesa de mezclas, que la ha encumbrado como una de las DJ de referencia en el mundo de la música tecno de todo el país. Osmo, que empezó jugando con las casetes de sus padres, comenzó a pinchar en la sala La Real de Oviedo y desde entonces ha pasado por los principales “templos” y festivales de referencia en el mundo de la música electrónica, como el Festimad y el Sónar. Para ella la palabra “noche” significa “día”, pues las horas nocturnas son horario laboral. El trabajo le encanta, pero a veces le pesa y dice que un planazo es una tarde de sofá y televisión.
Por Eduardo Lagar