Óliver Díaz, nacido en Oviedo en 1972 pero convertido en gijonés criado en La Calzada, es desde 2015 director musical del Teatro de la Zarzuela de Madrid. Su madre –una lectora voraz, casada con un gruista y músico aficionado– le puso ese nombre con cierta visión de futuro: así se llamaba el protagonista de “Love Story”, Oliver Barret, que se enamoraba de una estudiante de música. Así que Óliver (Díaz) se enamoró efectivamente de la música. Dio el salto de su vida al vender un Peugeot 205 y pedir un crédito, con apoyo paterno, para irse a formar a Estados Unidos. Primero a Baltimore. Luego fue el primer español que recibió la beca “Bruno Walter” de dirección de orquesta para estudiar en la Juilliard School of Music, el legendario Conservatorio de Nueva York, donde pasó dos años. Allí, como en la peli, supo el trabajo que costaba la fama. De vez en cuando iba a jugar una pachanga a Central Park. Es futbolero del Sporting y del Real Madrid.